Tuesday, October 03, 2006

PROGRAMA PERROS DE TERAPIA

PROGRAMA PERROS DE TERAPIA
GRUPO CON-TACTO


Proyecto: Atención asistencial y terapéutica a pacientes oncológicos.

Institución: Hospital infantil Universitario de la Cruz Roja Colombiana Seccional Caldas (en la actualidad) y otras instituciones que tengan que ver con este tipo de pacientes.

Ciudad: Manizales – Caldas (Colombia – Sudamérica)

Lugar: Unidad Hematooncología pediátrica y/o otras instituciones que traten este tipo de pacientes.


QUIENES SOMOS

El Grupo Con-tacto, es un equipo independiente e interdisciplinario, conformado por psicólogo (2), veterinario (1), medica fisiatra (1), licenciada en preescolar (1) y guía (1), que acciona de manera asistencial y terapéutica con perros.

Somos un equipo que basa su quehacer en la academia y la investigación, como proceso que permite construir sentido de vida por medio de las acciones cotidianas, y que tienen relacionalidad entre lo teórico y lo práctico.

EL INTERES:

Brindar un servicio de apoyo al proceso de bienestar y tranquilidad que debe tener el paciente oncológico, mediante la interrelación humano – perro.


TIEMPO DE EXPERIENCIA:

Este grupo de trabajo con perros de asistencia terapéutica viene trabajando desde hace dos años con éste tipo de estrategia en el Hospital Infantil Universitario de la Cruz Roja Colombiana Seccional Caldas, cubriendo todos los servicios hospitalarios, según lo presupuestado por el programa hospital amigo.

En investigación, este grupo viene trabajando desde hace cuatro años en los cuales se permitió construir los diferentes programas que se vienen desarrollando. Y cada vez, exploramos nuevas áreas de trabajo entre el paciente y el perro.

LA NECESIDAD:

El grupo de trabajo Con-tacto ha venido haciendo una serie de estudios y seguimiento del programa durante tres años, dos de ellos de aplicación de la acción de trabajo con los perros y uno de investigación; aún continuando con el proceso investigativo se observa que una manera interesante y relajante para el paciente oncológico pediátrico es tener a su lado la compañía de un animal, en este caso un perro, pues le relaja, da tranquilidad y disminuye el dolor mediante el contacto directo con el animal. Por ello, instamos este tipo de técnica para ser aplicada permanentemente.

Se han observado dos parámetros, paciente que esta en proceso de acción curativa responde altamente a los estímulos que el perro le incita, y el paciente que esta en proceso terminal siente que sus temores se van perdiendo y puede estar tranquilo. Además que la familia en las dos instancias se siente apoyada y mimada, disminuyendo así el proceso de angustia y dolor provocado por la enfermedad del paciente.


NUESTRO OBJETIVO: (para este proyecto)

· Coadyuvar al mejoramiento de las condiciones de estabilidad emocional y actuar terapéutico durante la estancia o paso por el Hospital como proceso que aporta a la recuperación de la enfermedad; En beneficio de los niños (as), adolescentes con la colaboración de familiares, amigos, personal asistencial y administrativo de la institución.


A TRAVÉS DE

· Propender por el mejoramiento del estado de ánimo del paciente, y colocarlo en una situación de bienestar como apoyo a la terapia médica y famacológica.
· Apoyar el proceso existencial que vive un paciente pediátrico oncológico o adulto, por medio del accionar del tacto y el contacto entre el humano y el perro, como canal mediador de procesos de tranquilidad y relajación.
· Disminuir los miedos e intensificar los factores motivacionales que hay en el paciente pediátrico oncológico.

PARA

· Generar acciones reguladoras del estrés e intervenir efectivamente los procesos curativos de los niños y adolescentes que se encuentran hospitalizados o de paso en la unidad de hematooncología o en una institución que atienda este tipo de pacientes.

· Establecer un apoyo para mejorar los aspectos emocionales del paciente y su entorno.


NUESTRA MISION:

Lleva implícito el concepto de amor y de una debida atención a los niños (as) y los adolescentes o adultos que comparten una sonrisa con nosotros, mientras viven su proceso de curación, y entienden que lo que aprendan hoy, podrán enseñarlo mañana para hacer un mundo mejor.

Nuestro grupo de trabajo tiene en cuenta que el paciente requiere de un apoyo directo y sensible por parte del perro para ayudarle a instar una situación curativa o una acompañar el proceso de fase terminal. Además, de la palabra y del lenguaje no verbal como elementos comunicacionales que liberan descargar emocionales, permitiendo así, construir un sentido existencial para la persona, la familia y su entorno.

El EQUIPO DE TRABAJO:

Equipo Humano:

Adriana Sofía Gaviria (Estudiante de psicología y profesional en artes plásticas, guía canino)
Diana Lucia López Marin (entrenadora, guía canino y licenciada en educación preescolar)
Rosalba Bedoya (entrenadora y guía canino)
Rodrigo Paniagua ( Médico Veterinario, entrenador canino)
Juan Carlos Salazar J. (Psicólogo con especialidad en psicología oncológica y guía canino)
Francia Restrepo (Médico fisiatra, investigadora y guía canino)

Equipo de perros:

Zeus (Labrador), Ronna (Beagle), Luna (Golden Retriver), Waffa (Golden Retriver), Missu (West Terrier), Hanna (pastor Belga Terviurer).


BASES DEL TRABAJO:

TERAPIA DEL TACTO Y DEL CONTACTO (asistencia con perros). Perros entrenados para laborar dentro del ambiente hospitalario, cuyo accionar basa la acción terapéutica y asistencial en la recuperación del sentir del paciente y en el mejoramiento del estado de ánimo de éste.

Además, se hace otro tipo de actividad que apoya la terapia, se visita el paciente en su entorno (casa) para que el ejercicio terapéutico tenga seguimiento y los patrones de la acción tengan validez teórica y práctica.

AREA DE TRABAJO: (para este proyecto)

Unidad de hematooncología pediátrica del Hospital Infantil Universitario de la Cruz roja Colombiana Seccional Caldas y otras instituciones que tengan que ver con la patología referida.

A QUIEN ESTA DIRIGIDO:

A niños (as) y adolescentes (0 a 18 años) hospitalizados o ambulatorios que tienen cáncer en cualquiera de sus modalidades. En cualquiera de dos estados: proceso curativo o proceso terminal.
A adultos que presenten la enfermedad y que estén en tratamiento oncológico.

A los familiares de los pacientes pediátricos oncológicos.

Al personal asistencial que presta la atención para este tipo de pacientes.

NUESTRA HISTORIA:

El programa terapia asistida con perros, nació aproximadamente hace 3 años, donde se tuvo la inquietud de cuál sería el efecto terapéutico que ejerce la presencia de un animales dentro del ambiente hospitalario, se buscó documentación a través de Internet, en programas televisivos, y se indagó sobre experiencias de personas que viajaban a otros países y contaban anécdotas de mascotas dentro de los hospitales. Esto dado desde al año 2000 por parte del psicólogo (Juan Carlos Salazar) Viendo la viabilidad de tal accionar, se inició en enero del 2001 un rastreo de información y se planteó el ejercicio con una voluntaria (Adriana Gaviria) de la Fundación Alejandra Vélez Mejía. Adriana poseía una perra de raza beagle, de nombre Ronna que fue iniciando su entrenamiento y determinando su perfil. Realizó una serie de actividades y se llegó al acuerdo que el programa se podría montar. Con asistencia del Director científico (Carlos Humberto Orozco) de ese entonces, se apoyan además en la visión que tiene el psicólogo Juan Carlos Salazar que labora en el área de hematooncología, de querer realizar este tipo de actividad terapéutica dentro de la unidad, con las condiciones técnicas y epidemiológicas requeridas.

Se tuvo una primera aproximación experimental y de prueba del accionar del perro en interacción con los pacientes, el personal asistencial, el personal administrativo y las familias. El resultado da parámetros positivos.

Se busca otro perro para acompañar a Ronna y se selecciona una cachorro, Zeus, quien está a cargo de la Doctora Francia Restrepo y con la guía Rosalba Bedoya.

Posteriormente se cualifica y sistematiza el programa. Y se requiere otro perro, ingresa al programa un pastor Belga malenua (Shibui) a cargo del médico Veterinario Rodrigo Paniagua (criador de este tipo de raza) y como guía Diana López.

En la actualidad esta en fase de entrenamiento Luna (Golden), Waffa (Golden) y Missu (West Terrier). Se está esperando para completar el grupo canino tres perros más, para que cubran otras necesidades que han ido surgiendo debido al requerimiento investigativo y a la solicitud de algunas personas que desean se trabaje con ellos como pacientes, con éste tipo de técnica.


LA JUSTIFICACIÓN:

Cuando se presenta una hospitalización o un proceso de recuperación de una enfermedad, el mundo alegre, de normalidad, cambia; se trastoca la vivencia y se altera el ritmo de tranquilidad, se crea la acción expectante o se establece sensación de aburrimiento o temor. Cuando se está hospitalizado, el mundo no es lo mismo; el sólo concepto de estar dentro de una estructura diferente al hogar, genera en la mente miles y miles de inquietudes, sentimientos, emociones, reacciones, desencadenantes de comportamientos extraños como dejar de comer, no dormir, querer estar caminando, ver televisión en todo momento, protestar por cualquier palabra, gesto o indicación médica, negar la enfermedad, depresión, angustia, aumento de dolor, vacío existencial, desubicación temporo - espacial, trastorno alimentario, agresión, violencia en todas sus gamas, no colaborar con el tratamiento. Sin embargo, en éste aspecto, lo que más afecta es el cambio de espacio, la distorsión entre lo que hay hoy y lo que es en la casa. El dejar el ambiente familiar y llegar a un sitio (hospital) donde personas “desconocidas” van a brindar una atención directa para solventar el proceso de la enfermedad. Se tiene en cuenta entonces el factor separación, desesperanza, espacio ajeno, dolor, llanto, angustia, depresión, temor, muerte, pérdida, vacío.

Al revisar estos aspectos, la vida dentro de un hospital esta en permanente construcción pues los paradigmas establecidos cambian con cada procedimiento, con cada aceptación mental y con la proposición acorde de los métodos o técnicas para ser tratada la enfermedad.

Es claro entonces, que al separar a cualquier persona de su medio familiar por alguna circunstancia, se rompen los pilares de la estabilidad emocional, llevándola a niveles diferentes de estrés, sensaciones de intolerancia y desespero frecuente. Se produce así, un desequilibrio físico, moral, psíquico, social y cultural; aún más, si se trata de un niño o un adolescente el mundo se trastorna con mayor facilidad. El deseo se vuelve angustia y el dolor se convierte en acción perversa que le quitará de lado a sus padres, le dejará sujeto a extraños, y le violentará su deseo de jugar y estar libre. Y no pensará si se va a curar, lo que le importa es que no le dejen solo con extraños.

La enfermedad oncológica genera en la persona y la familia, una desestructuración emocional, social y económica que desequilibra la vida, por ende, el proceso existencial. Cuando se es un niño (a) o adolescente con este tipo de patología la sensación de angustia y pérdida son pan de cada día, y el mundo realmente se modifica; el detenerse en el desarrollo social y evolutivo trastocan la realidad y el dolor es parte de la función mental y física de la estructura personal y familiar.

El cáncer ataca todo aquello que es lo físico pero además, lo psíquico, lo social y afecta de alguna u otra manera lo cultural. El rechazo, la sensación de minusvalía, el “pesar” y la compasión generada por los demás hacia el doliente, llevan a encierros, mentiras, justificaciones y negaciones sobre el proceso curativo. Y dificulta de alguna u otra forma, el tratamiento o el concepto de esperanza.

El paciente con cáncer, modifica el concepto de vida en las personas que le asisten, en la familia y en el entorno. La desazón oprime y la angustia realza su fuerza, haciendo que se ve un aspecto doloso y negativo sobre los procesos de posible curación. Aquí, el perro, aplica su accionar en el entramaje directo entre la realidad y lo distante, entre la cercanía y lo deseoso, entre la vivencia de que alguien (perro) sin distingo de percepción por la enfermedad y estigmatización, permita que el afecto ronde entre el paciente y el perro. Esto guiado por una persona que conoce del tema y que sabe orientar el proceso existencial.

La sensación de tranquilidad, relajación y modificación cerebral está comprobada desde hace varios años, esta díada (paciente – perro) libera y descarga el dolor, desviándolo hacia pensamientos tiernos y comprensivo, hacia, el pensar sobre la existencia y hacia la confrontación entre el mundo real y la fantasía.

Un instante de un paciente oncológico con un perro, es la sumatoria de miles de horas de dialogo entre los humanos, y la diferencia es que el perro, no pregunta, no cuestiona, no interroga, como si lo hacemos nosotros cuando alguien en nuestro entorno está enfermo.

Además, apoyados en la logoterapia[1][1] como herramienta catártica[2][2] y de abreacción[3][3] del pensamiento de la persona declarada por el orden médico como “paciente terminal”. La sensación de vacío e impotencia asalta todo aquello que hay, el futuro se acorta y la vida solo se puede vivir en el instante. Aquí la función del perro, es acompañar el proceso existencial, y permitir que la ternura y el apoyo, el tacto y el contacto libere todo aquello represivo que existe en la mente. Muy en el fondo, desde un concepto psicoanalítico, es permitir que el simbolismo del perro (como lobo de las estepas según una visión arquetípica inconsciente) ataque y destruya de alguna manera, el dolor que le oprime, liberando así, la sensación de angustia por no poder en un futuro Estar y ocupar un espacio dentro de los roles sociales.

El paciente con cáncer libera sus emociones y deja fluir su existir mediante un canal ( en este caso el perro) para equilibrar sus reacciones y sensaciones emocionales y racionales generadas por la enfermedad.

Por lo anterior el personal grupo Contacto consciente de lo que puede generar dentro del mundo hospitalario (y específicamente con éste tipo de pacientes) y otras instituciones que prestan el servicio de atención de pacientes con cáncer, contextualiza la realidad desde la persona y su acción curativa, o si es del caso, acompaña el proceso del paciente en su estado terminal. plantea el proyecto: Atención asistencial y terapéutica a pacientes oncológicos. como una herramienta útil y viable que garantiza la atención a la persona hospitalizada o que está de paso, buscando de nuevo su equilibrio biológico, social, psicológico y cultural.


COMO TRABAJAMOS:

· Terapia Asistida con Perros:

En la actualidad, el grupo viene trabajando de la siguiente manera:

Día de trabajo viernes de 2 pm a 6 pm, cubriendo el área hospitalaria. Siendo éste accionar apoyado y patrocinado por el Hospital.

Ésta propuesta se encamina a que se labore en horas de la mañana (9 am a 12 m) en la unidad oncológica exclusivamente y se tenga el patrocinio de un ente externo al hospital.

Queda si por decir, que dependiendo de otro tipo de instituciones que desee tener el programa, se acordarán los tiempos y los días específicos para desarrollar la actividad.

LO QUE SE HACE:

Desde hace varios años en diferentes hospitales del mundo se viene trabajando este tipo de técnica de ayuda terapéutica. El hecho de que un animal acompañe, dentro de un hospital, el trabajo asistencial de un terapeuta, implica de inmediato una reacción emocional directa y facilitadora de procesos vivenciales. Este aspecto de un perro dentro del hospital, requiere de una reglamentación epidemiológica y psicológica estricta para evitar cualquier sistema de daño o efecto nocivo para los niños o adolescentes hospitalizados. Por ello, el baño, la vacunación, la capacitación del personal, el perfil del terapeuta o acompañante deben tener una calidad extrema, haciendo partícipe no sólo del diálogo sobre la tenencia de animales en el hogar, sino la convivencia de cualquier tipo de animal dentro de la estructura social humana.

El efecto de un perro dentro del hospital es simple: confianza, seguridad, respeto por la naturaleza, amor por los animales, responsabilidad con los cuidados, y lo más importante capacidad de reflejo de ternura y afecto expresado con el tacto como sistema pertinente en la relación hospitalización – contacto. Además, el ver que el mundo no es diferente dentro del ambiente donde se está, al del hogar.


LO QUE SE HA HECHO:

Asistencia guiada: consiste en la visita por ellos servicios de pediatría, adolescentes, pensión, quirúrgica y fisioterapia. El entrenador va cama por cama permitiendo que el niño o adolescente haga contacto visual y táctil con el cuerpo del perro. Lo sienta, lo acaricie, juegue con él. Este ejercicio incluye a la familia. Y en este momento se inicia una conversación sobre la tenencia de los animales dentro del hogar. Si en estos servicios hay casos especiales, el entrenador se acompaña del terapeuta (psicólogo o psiquiatra) y se inicia una sensibilización especial hasta lograr el objetivo trazado. Este programa consta de dos entrenadores, un médico veterinario, dos perros adultos debidamente vestidos y un cachorro, además de un terapeuta. Después de que el niño toca el perro y termina el proceso, se accede a limpiar las manos con liquido desinfectante para evitar algún foco de infección y prevenir enfermedades. La asistencia se realiza una vez por semana.

Asistencia en áreas especiales: (Este es el aspecto de interés para el proyecto en mención, referido específicamente a oncología) Consiste en la visita por los servicios de oncología, quemados y cuidados intensivos. El entrenador va cama por cama según las indicaciones de la jefe del servicio o de los requerimientos específicos. Este tipo de perro tiene un sistema diferente de aseo, y va recubierto con tapabocas, polainas, vestido especial. Se permite el contacto con los niños o adolescentes. El entrenador se acompaña de un terapeuta que indica las acciones a seguir desde el aspecto psicológico. E indica los diálogos a llevar con el niño. Se permite libertad de palabras y expresión. El efecto es un conversatorio acerca de la vida, de la imagen corporal, de los animales, de las cosas importantes, del afecto, de la soledad, del amor. Este programa consta de un entrenador, un médico veterinario especializado en éste tipo de áreas de trabajo, un psicólogo o psiquiatra, un perro adulto (Beagle). Las condiciones de seguridad tanto para el personal asistencial como para los niños o adolescentes hospitalizados es extrema. La asistencia se realiza una vez por semana.


AREA INVESTIGATIVA:

El grupo Con- tacto con apoyo de la Universidad Autónoma de Manizales, para la investigación de éste tipo de propuestas, le suma el programa de fisioterapia, la facultad de Salud como generadores de investigación para dar el sustento científico que requiere este tipo de programas.

Además, el grupo ha venido generando una serie de TEST y pruebas psicológicas que permiten ver la realidad de los efectos que se producen en la mente de la persona al momento de estar con el perro. Y construyendo así, un proceso desde el conocimiento investigativo para contribuir con el desarrollo de este tipo de herramientas terapéuticas.


Juan Carlos Salazar Jiménez
E-mail: jcsj90@hotmail.com
Teléfono móvil: 3155406240 Colombia